I Feel Like Disco
La verdad es que Florian Herbst es más feliz cuando su padre no está. Entonces es cuando puede bailar por toda la casa con su madre, llevar trajes excéntricos y olvidarse de todas sus angustias. Y la verdad es también que Hanno Herbst no sabe muy bien qué hacer con su hijo, patoso, con demasiada tripa y sin el más mínimo interés por los deportes ni por las chicas. Pero no todo es tan malo: al menos está su madre, que, con una firme ternura, logra mantener bajo control la frágil armonía familiar y proteger a sus dos hombres el uno del otro. O como mínimo hasta una terrible mañana en que el castillo de naipes se derrumba y la madre desaparece de su vida, en un abrir y cerrar de ojos. Deja atrás al padre y al hijo, que están abrumados, pero gradualmente aprenden a hacer frente a la situación y encuentran un terreno común. Florian irá cogiendo también confianza para descubrirse a sí mismo, ya sin el apoyo de su madre. Ésta es la historia de I Feel Like Disco, a veces cómica y absurda, a ratos triste y a menudo fantástica.